Japón lanzó una campaña de PR para disuadir los ánimos antinucleares que despertó la crisis post-tsunami
Las explosiones en la central de Fukushima provocaron el cese de las actividades atómicas en el país asiático |
Yendo cabeza a cabeza contra el creciente humor antinuclear que se extiende a través de Japón como consecuencia de la crisis en la central de Fukushima, el gobierno japonés lanzó una campaña de PR para convencer a las comunidades que apoyen la reanudación de las operaciones nucleares, informó el site Bulldog Reporter.
La campaña apunta a los líderes de las administraciones locales que bloquean la generación de energía nuclear en sus comunidades después de la crisis atómica. Representantes del gobierno central mantuvieron la primera reunión de la campaña en la ciudad de Saga, donde dos reactores de la central eléctrica Genkai fueron detenidos -como tantos otros a lo largo del país- para hacer pruebas de seguridad después del pasado 11 de marzo. Desde entonces, los funcionarios locales adujeron preocupaciones respecto de normas de seguridad en la planta como una razón para impedir el reinicio de las operaciones.
La campaña pro energía atómica se vio perjudicada por la reciente confirmación de que se detectó radiación interna en personas que viven en la región Fukushima. “Este es un programa diseñado para que conseguir la reanudación de las operaciones de los reactores de Genkai”, dijo uno de los manifestantes antinucleares que se apostaron en las inmediaciones de la reunión de Saga. “No podemos aceptar eso”, añadió, según reportó el diario británico Daily Telegraph.
La energía nuclear actualmente representa alrededor de un tercio del suministro de energía total de Japón; sin embargo, cada vez más corporaciones están interesadas en la exploración de fuentes de energía alternativa. Expertos en radiación analizaron a 15 personas residentes de dos ciudades a más de 40 kilómetros de la central nuclear de Fukushima, apenas fuera de la zona de exclusión oficial. Los resultados confirmaron que a las 15 personas testeadas -de entre 4 y 77 años- se les detectó cesio radiactivo en dos muestras de orina diferentes.
“No hay ninguna causa de preocupación, a no ser que los residentes continúen comiendo alimento contaminado, como verduras; aunque puede ser difícil que esas áreas sigan siendo habitables”, dijo Nanao Kamada, del Instituto de Investigación para la Biología Radioactiva y la Medicina de la Universidad Hiroshima, a cargo del estudio.
Los problemas japoneses no calaron en EE.UU.
El 80% de los norteamericanos que vive cerca de alguna planta nuclear favorece la utilización de este tipo de energía para proveer de electricidad al país - y la mitad de ellos la “favorece fuertemente”, en contraste con un 11% que se “opone fuertemente”, según la nueva investigación de Bisconti Research y Quest Global Research Group.
Además, los estadounidenses creen que las compañías que manejan instalaciones de energía nuclear están tomando las medidas de seguridad apropiadas y están preparadas para los acontecimientos más severos que podrían afectar a los reactores norteamericanos, según el estudio. Evidentemente, el accidente nuclear de la planta de Fukushima tuvo poco -o nulo- impacto en la imagen de la industria en los Estados Unidos.
El estudio nacional entrevistó a 1152 adultos estadounidenses que viven dentro de un rango de 16 kilómetros de distancia de alguna planta de energía nuclear y fue llevado a cabo entre el 11 y el 18 de junio.
La campaña apunta a los líderes de las administraciones locales que bloquean la generación de energía nuclear en sus comunidades después de la crisis atómica. Representantes del gobierno central mantuvieron la primera reunión de la campaña en la ciudad de Saga, donde dos reactores de la central eléctrica Genkai fueron detenidos -como tantos otros a lo largo del país- para hacer pruebas de seguridad después del pasado 11 de marzo. Desde entonces, los funcionarios locales adujeron preocupaciones respecto de normas de seguridad en la planta como una razón para impedir el reinicio de las operaciones.
La campaña pro energía atómica se vio perjudicada por la reciente confirmación de que se detectó radiación interna en personas que viven en la región Fukushima. “Este es un programa diseñado para que conseguir la reanudación de las operaciones de los reactores de Genkai”, dijo uno de los manifestantes antinucleares que se apostaron en las inmediaciones de la reunión de Saga. “No podemos aceptar eso”, añadió, según reportó el diario británico Daily Telegraph.
La energía nuclear actualmente representa alrededor de un tercio del suministro de energía total de Japón; sin embargo, cada vez más corporaciones están interesadas en la exploración de fuentes de energía alternativa. Expertos en radiación analizaron a 15 personas residentes de dos ciudades a más de 40 kilómetros de la central nuclear de Fukushima, apenas fuera de la zona de exclusión oficial. Los resultados confirmaron que a las 15 personas testeadas -de entre 4 y 77 años- se les detectó cesio radiactivo en dos muestras de orina diferentes.
“No hay ninguna causa de preocupación, a no ser que los residentes continúen comiendo alimento contaminado, como verduras; aunque puede ser difícil que esas áreas sigan siendo habitables”, dijo Nanao Kamada, del Instituto de Investigación para la Biología Radioactiva y la Medicina de la Universidad Hiroshima, a cargo del estudio.
Los problemas japoneses no calaron en EE.UU.
El 80% de los norteamericanos que vive cerca de alguna planta nuclear favorece la utilización de este tipo de energía para proveer de electricidad al país - y la mitad de ellos la “favorece fuertemente”, en contraste con un 11% que se “opone fuertemente”, según la nueva investigación de Bisconti Research y Quest Global Research Group.
Además, los estadounidenses creen que las compañías que manejan instalaciones de energía nuclear están tomando las medidas de seguridad apropiadas y están preparadas para los acontecimientos más severos que podrían afectar a los reactores norteamericanos, según el estudio. Evidentemente, el accidente nuclear de la planta de Fukushima tuvo poco -o nulo- impacto en la imagen de la industria en los Estados Unidos.
El estudio nacional entrevistó a 1152 adultos estadounidenses que viven dentro de un rango de 16 kilómetros de distancia de alguna planta de energía nuclear y fue llevado a cabo entre el 11 y el 18 de junio.
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