Las empresas comenzaron a detectar a las personas con poder de influencia en estos medios
La explosión de las redes sociales podría regresar a la humanidad a lo más profundo de la Edad Media. El exponencial crecimiento de la comunicación pública y horizontal, fomentada desde esos medios, comenzó a devolverle valor a un principio regulador de la sociedad que había sido marginado por la burguesía cuando el dinero se convirtió en el principal idioma mundial: la reputación.
En este mundo, en el que la frontera entre lo público y lo privado se hace cada vez más difusa, el acceso al propio medio de comunicación (ser un emisor masivo) se allanó con la simple posibilidad de abrir una cuenta en Facebook, Twitter, Google+. En esta multiplicidad de voces, algunas firmas comenzaron a interpretar esta nueva melodía para ofrecer a grandes marcas nuevas oportunidades de negocios y detectar a los nuevos ricos, aquellos con el poder de influenciar a los demás.
"En un mundo donde la reputación es la riqueza, sólo aquellos que hacen el bien y ayudan a los demás son los más ricos", reza el lema de The Whuffie Bank, un proyecto online creado por la ex Popego, hoy Grupo 42, que busca recrear una moneda virtual respaldada por la reputación personal en las redes sociales.
El sistema online analiza la actividad pública de un usuario en Twitter midiendo su influencia a partir de los retweets (mensajes reenviados) que recibe, de la calidad y cantidad de seguidores que tiene y con el propio contenido de cada uno de los tweets . De acuerdo con eso, accederá a una determinada cantidad de whuffies -moneda virtual- que el usuario recibe y puede intercambiar con los demás.
"En las redes sociales interactúan personas", explica Santiago Siri, fundador de Grupo 42, que se fusionó en septiembre pasado con Boo-box, una de las principales firmas de publicidad online de Brasil. "Y en ese contexto, la reputación es un valor ineludible", sentencia.
Grupo 42 presentó recientemente una herramienta llamada Zenzey, con la que puede develar quién es quién en el mundo de las redes sociales, cuáles son sus conversaciones y qué intereses predominan. "Se trata de una gran antena para capturar lo que la gente dice, quién lo dice y sobre qué conversan", explica Siri. "El capital social es muy valioso y las marcas deben aliarse con quienes pueden ofrecer valor", afirma. "Nosotros detectamos ese valor en la gran plaza pública que hoy son las redes sociales."
Sin embargo, algunos son más cautos al hablar de reputación. "Quizá sea más preciso hablar de popularidad, ya que es más parejo. La reputación es más relativa", afirma Martín Enríquez, CEO de Socialmetrix. La firma ofrece monitoreo y análisis en redes sociales. Se trata de un servicio que puede arrancar desde los 1200 dólares por mes.
"La idea es hacer un análisis competitivo de lo que dicen de una empresa, de la competencia y de mi entorno para abrir una brecha de oportunidades en el negocio", cuenta Enríquez. Según opina, "cualquier usuario", más allá de las celebridades importadas de los medios tradicionales, puede convertirse en "influenciador".
El analista web de Intellignos Tomás Sawada cuenta que lo que las firmas deben entender es cuánto se habla, cómo se habla, sobre qué se habla y qué alcance tienen determinados mensajes volcados en Internet. "Luego, lo más importante es determinar cómo impacta eso en el mapa del cliente", cuenta.
"A las empresas hay que explicarles que cada acción en una red social tiene un costo, un retorno de la inversión y un impacto directo en los negocios", dice Sawada. "El silencio de radio no es bueno. Siempre es recomendable hacer algo, pero primero hay que entender los motivos, el alcance y el contexto", agrega el especialista..
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