Por Luis Miguel Díaz-Meco, en .COM (Donde la Comunicación es Protagonista)
Me envía Antonio Rodrigo,
a través de Twitter, la carta que el
presidente de Iberia, su tocayo Antonio Vázquez, ha dirigido a algunos de
sus clientes para informarles de la situación de la compañía y de los retos a
los que se enfrenta.
Lo
primero que sorprende es su extensión, excesiva.
Dudo mucho que casi nadie vaya a leer una carta de dos folios, con algunos
párrafos de hasta 12 líneas, en la que no se ofrece nada, solo se informa de la
versión de Iberia sobre un conflicto que la inmensa mayoría ya conocerá, a
través de los medios de comunicación.
Y lo segundo es que no queda demasiado claro cuál es su propósito. Se intuye que el objetivo es “vender” una decisión ya tomada por la compañía, que incluye 4.500 despidos -en ningún momento reflejados en la misiva-, exculpar a la dirección de cualquier responsabilidad, y preparar a los clientes para las consecuencias, en forma de huelgas, que estas medidas tendrán.
Pero más allá de estos aspectos, destacan, algunos de los errores más comunes de la comunicación corporativa: la pérdida de perspectiva, la enorme distancia existente entre la atalaya del consejo de administración y la realidad, la falta de asunción de responsabilidades…
En la carta se reconoce la desastrosa situación económica de la compañía:
“Iberia tiene unos costes fuera de mercado (…). En los últimos cuatro años, Iberia ha registrado unas pérdidas de casi 900 millones de euros y ahora perdemos más de un millón de euros cada día”.
Y algunas de las medidas que se proponen:
“Iberia está haciendo lo que debe hacer (…). Hemos diseñado un Plan de Transformación (…) que exige sacrificios como son la reducción de empleo y salarios” (…). Queremos implantarlo con el consenso y diálogo de todas las partes interesadas, especialmente de nuestros empleados”.
Tan bonito sobre el papel como diferente de la
realidad.
De hecho, algunos medios ya han publicado un plan B, que elevaría el número de despidos hasta los 7.000, no sabemos si con el mismo grado de negociación.
Y yo me pregunto, alguna responsabilidad de la marcha de la aerolínea tendrán sus máximos responsables.
Pues no, ni
una triste referencia a posibles errores (de dimisiones ya ni hablamos).
Eso sí, el consejo de administración se rebaja el sueldo, sospechosamente en noviembre, un 25%, en la horquilla baja que va a imponer a los trabajadores de Iberia que no sean despedidos.
EN RESUMEN
¿Para
qué ha servido la carta? No logro saberlo.
Desde luego, si
algo destila no es precisamente credibilidad.
Puede ser que -como comentaba Antonio Rodrigo en
el mensaje que acompañaba la carta- den algún punto en la tarjeta Iberia Plus
para viajar gratis si eres capaz de leerla completa. Pudiera ser.
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